Mayo: Mes de María

Mayo es, sin dudas, un mes importante para recordar a nuestra Madre María en dos de sus advocaciones más importantes para nosotros, como comunidad salesiana y como argentinos.

El pasado 8 de mayo se conmemoró el día de Nuestra Señora de Luján, patrona de la Argentina. Pero no fue un aniversario más. Tuvo, como particularidad, que durante la Misa ofrecida por Mario Poli, el Arzobispo de Buenos Aires, se comenzó el pedido de beatificación del Negro Manuel. Pero, ¿Quién fue el Negro Manuel y por qué fue tan importante su rol en la Basílica?

El Negro Manuel fue un esclavo traído de África en el año 1620, comprado en el puerto de Buenos Aires y llevado a Luján. Tuvo como misión proteger y cuidar a la imagen de la Virgen que había elegido quedarse en el aquel entonces pequeño poblado. (Recordemos que en ese entonces, una carreta llevaba dos estatuas de la Virgen con destino a Santiago del Estero. Al pasar por la localidad de Luján, las mulas que llevaban la carreta se negaron a continuar su paso. Sacaron baules y cajas para alivianar la carga pero los animales se negaban a seguir viaje. Hasta que quitaron el cajón en el que se encontraba una de las imágenes de la Virgen y así la carreta siguió su marcha. Se interpretó a este suceso como el deseo de la Virgen de permanecer en ese lugar.) Desde ese entonces, se le encargó al Negro Manuel la misión de ser "el esclavo de la Virgen" y velar por el cuidado de la imagen que se vistió con los que luego serían los colores de nuestra bandera.

El negro Manuel fue muy devoto de la Virgen y se le atribuye la frase " soy de la Virgen, nomás". Bajo el auspicio de la Madre, logró numerosos milagros y favores a la gente que se acercaba a rezar y solicitar gracias, y fue de suma ayuda e importancia para propagar el culto de esta advocación.

Pero el 24 de mayo, también celebramos a María Auxilidora, la patrona de la comunidad salesiana. Recordamos brevemente que en 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de "Auxiliadora", y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, un templo.

Empezó la obra del templo con sus tres monedas de veinte centavos cada una, pero fueron tantos y tan grande los milagros que María Auxiliadora empezó a obtener a favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la Gran Basílica. El Santo solía decir: " Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen", desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.

El viernes 13 de mayo, peregrinaremos, como cada año, con los alumnos de quinto año hasta la Basílica San Carlos Borromeo y María Auxilidora; y compartiremos con el resto de la escuela secundaria una Celebración en honor a nuestra Madre.

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