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Sección Notas del Mes

 

Don Bosco y el trabajo.

En el mes del trebajador una breve reseña sobre Don Bosco, nuestro padre fundador, y el trabajo ayer y hoy.    

Por Roberto Grasso. Alumno de 4to A.  

 

Don Bosco, en su opción educativa y pastoral por los jóvenes necesitados demostró una gran preocupación por el mundo del trabajo. 
Comenzó su obra en Valdocco acogiendo a jóvenes en busca de trabajo y a inmigrantes desocupados, los reunió, les buscó trabajo, les procuró talleres en los que aprender un oficio y recibir una adecuada formación religiosa y moral. Desde el principio, la preocupación por los jóvenes obreros ha sido un aspecto esencial de la misión salesiana y se expresa, de modo particular, en las numerosísimas escuelas profesionales e iniciativas equivalentes que constituyen una de las características típicas de la presencia salesiana en América.

Muchos jóvenes están expuestos o viven ya alguna experiencia de fracaso escolar y/o problemas de integración personal, familiar y social. Para ellos una experiencia laboral positiva, programada y acompañada de criterios educativos puede constituir una inmejorable posibilidad de recuperación personal; el joven puede volver a adquirir la propia estima, redescubrir sus propias habilidades y capacidades, apreciar el trabajo bien hecho y estar motivado para su propia formación. Todo esto exige que en la propuesta educativa se ofrezca un amplio espacio para algunas experiencias de trabajo, servicios a la comunidad, trabajo en organizaciones “sin fines de lucro”, valorando en ellas principalmente la realización personal y el servicio al bien común de la comunidad. Requiere también la promoción de contactos cualificados y significativos con personas, instituciones y ambientes del mundo del trabajo, favoreciendo el diálogo, los encuentros, el conocimiento mutuo y la colaboración en la formación.

Si queremos educar a los jóvenes para que puedan insertarse eficazmente en el mundo del trabajo, no basta preocuparse por su preparación técnica o profesional, sino que al mismo tiempo debemos insertarles en el complejo mundo del trabajo para promover en ellos nuevas experiencias y posibilidades de colaboración de los jóvenes, debemos preocuparnos también de la transformación del territorio para que pueda proporcionar nuevas iniciativas de trabajo y desarrollo, de manera que los jóvenes profesionalmente preparados no tengan que ir a otro lugar en busca de trabajo, sino que se les ayude en el propio lugar a crear y a desarrollar sus capacidades para servicio de todos.

 

Vinculando experiencias

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